Esta fórmula es el fuego primordial del templo. Es la chispa viva que inicia el proceso de iluminación del alma encarnada.
Al ungirte con estas esencias, despiertas la memoria de tu linaje estelar, activas la glándula pineal y permites que el fulgor interior emerja con sabiduría eterna. Esta esencia es una lámpara sagrada que enciende el camino del alma.
Es un sello de iniciación, una antorcha que guía hacia tu propia iluminación. Ungirte con esta fórmula es abrir las puertas del recuerdo espiritual, reconocer tu divinidad y consagrarte al servicio de la iluminación personal y colectiva.
Esta esencia abre la percepción hacia planos superiores de conciencia, iluminando la mente y el alma con rayos púrpuras de sabiduría ancestral.
La vibración de Isis como Gran Sacerdotisa se activa, disolviendo velos internos y revelando verdades ocultas. Es el faro que guía en medio de la oscuridad, trayendo luz incluso a las zonas más sombrías del ser.